sábado, julio 27

Vinos bonaerenses: otra razón seductora para recorrer la provincia de Buenos Aires

La producción vitivinícola impulsa el enoturismo: conocer y experimentar los sabores de los vinos elaborados en la Provincia ahora es, también, un atractivo para viajar y recorrer destinos bonaerenses.

La provincia de Buenos Aires es el destino favorito del turismo argentino. La diversidad de sus destinos, con propuestas para todos los públicos, sigue creciendo en los distintos segmentos turísticos, entre ellos, el del enoturismo. Una forma de viajar que permite entrar en contacto con la naturaleza, con el magnetismo del proceso productivo y con el recorrido de un sabor que nace en la tierra bonaerense para convertirse en una experiencia única: degustar la copa de vino en el lugar de origen, el mismo viñedo, la misma bodega.

El lanzamiento de “Vinos Buenos Aires“, la marca del enoturismo bonaerense, es una herramienta puesta en marcha desde la Subsecretaría de Turismo de la Provincia para potenciar a las distintas bodegas, no sólo proyectándolas como generadoras de trabajo y producción, sino también en calidad de atractivos turísticos.

Los vinos elaborados en fincas de la provincia de Buenos Aires crecen y empiezan a imponerse, debido a su primerísima calidad, a su personalidad y a su capacidad para seducir. Recorrer bodegas bonaerenses se convierte en una oportunidad imperdible en municipios de la Provincia como Campana, Cañuelas o Coronel Pringles, donde los cultivos de diferentes variedades de uvas generan vinos distintivos, únicos e inolvidables.

En Campana, a una hora y media de La Plata y a sólo una hora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Bodega Gamboa se posiciona desde el paisaje: sus viñedos se ubican muy cerca de la Reserva Natural Otamendi, donde el suelo francoarcilloso es apto para las cepas cabernet, pinot noir y malbec. Esta bodega familiar, con doce años de trayectoria, empieza a desarrollarse también como objetivo delicioso y sugerente para el Turismo, con visitas guiadas de miércoles a domingos y también los feriados (IG: @bodegagamboa).

En el distrito de Tornquist, el pueblo turístico de Saldungaray es puro ensueño. A sus atractivos turísticos y a la imponente arquitectura de Francisco Salamone, se le suma la producción vitivinícola serrana: la bodega Saldungaray se especializa en vinos jóvenes como el cabernet franc. También producen espumantes como un pinot noir y otros varietales: chardonnay, sauvignon blanc, Merlot, tempranillo, Cabernet sauvignon y malbec, que adaptan las características del microclima local. En el bar del lugar ofrecen picada artesanal y una tentadora fondue acompañadas por una copa de vino. Abre de jueves a domingos y feriados durante todo el año, con visitas guiadas, catas dirigidas y tienda de vinos (IG: @bodegasaldungaray).

Y en el municipio de Coronel Pringles, la bodega Myl Colores aporta a sus vinos el encanto único de las sierras de Pillahuinco. Su viña está a 303 metros sobre el nivel del mar, en la estancia La Catalina, donde crecen variedades como malbec, pinot noir, chardonnay y tannat y donde una Casa de Campo ofrece hospedaje para hacer, de la degustación, una experiencia completa (IG: @mylcolores).

Los paisajes bonaerenses rurales y serranos aportan condiciones distintivas y especiales para los vinos, cada uno con el sello de su geografía, de su gente, de su corazón. El enoturismo es una forma de escapada perfecta para explorar los nuevos sabores que emergen del suelo de la provincia de Buenos Aires.